Publicado el
La vulnerabilidad implica la capacidad de ser heridos, pero no debemos buscar ser heridos para fortalecer esa capacidad. No tenemos que buscar situaciones que nos causen dolor y sufrimiento, ya que naturalmente en la vida siempre habrá situaciones que nos lo produzcan dentro de un rango normal o natural.
El Dr. Gabor Maté, renombrado experto en salud mental, explica que los seres humanos hemos evolucionado para esperar ciertas cosas de la vida. Al igual que nuestros pulmones evolucionaron para recibir oxígeno, desde que nacemos, esperamos de manera natural e inconsciente recibir amor, cuidado y atención de otros.
Nuestra vulnerabilidad nos habilita para recibir estos nutrientes emocionales esenciales para nuestro desarrollo. Un niño que experimenta maltratos o abusos, o cuyas necesidades emocionales o físicas no están satisfechas adecuadamente, no logra satisfacer sus expectativas como ser humano.
Como adultos, debemos nutrir de manera saludable nuestra vulnerabilidad, sin temor a las experiencias. De esta manera, cuando recibamos el amor, el cuidado y la atención naturales que necesitamos, sabremos corresponder y agradecer.
Esta coraza nos impide crecer plenamente como seres humanos y ser felices. En la naturaleza, observamos cómo solo las cosas suaves y vulnerables pueden crecer hasta alcanzar la madurez. Un roble crece a partir de un frágil retoño hasta convertirse en un frondoso árbol; un cangrejo no podría crecer a su tamaño normal si su coraza fuera dura desde pequeño.
La vulnerabilidad implica la capacidad de ser heridos, pero no debemos buscar ser heridos para fortalecer esa capacidad. No tenemos que buscar situaciones que nos causen dolor y sufrimiento, ya que naturalmente en la vida siempre habrá situaciones que nos lo produzcan dentro de un rango normal o natural.
El Dr. Maté explica que los seres humanos hemos evolucionado para esperar ciertas cosas de la vida. Al igual que nuestros pulmones evolucionaron para recibir oxígeno, desde que nacemos, esperamos de manera natural e inconsciente recibir amor, cuidado y atención de otros.
Nuestra vulnerabilidad nos habilita para recibir estos nutrientes emocionales esenciales para nuestro desarrollo. Un niño que experimenta maltratos o abusos, o cuyas necesidades emocionales o físicas no están satisfechas adecuadamente, no logra satisfacer sus expectativas como ser humano.
Como adultos, debemos nutrir de manera saludable nuestra vulnerabilidad, sin temor a las experiencias. De esta manera, cuando recibamos el amor, el cuidado y la atención naturales que necesitamos, sabremos corresponder y agradecer.
Si quieres saber más sobre este y otros temas interesantes, suscríbete a mi canal para explorar todos mis videos, en los cuales encontrarás más recursos que te ayudarán a vivir tu vida de forma más feliz.
Si deseas compartir este contenido, puedes hacerlo con los links de abajo.
