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¿Cuántas veces te has sentido sin ganas de hacer nada, completamente sin energía? A mí me pasa muy seguido. Pero, ¿sabías que existen principios y leyes universales que rigen tanto lo físico como lo mental y espiritual? Una de estas leyes fundamentales es que para generar energía, ¡hay que usar energía!
Te explicaré cómo puedes aplicar esta ley en tu vida diaria para superar la falta de energía y lograr tus metas.
¡Bienvenido a Mentes Valientes!
La energía se mueve en todos los sentidos, toda la energía proviene de una misma fuente universal. Todos sabemos que la energía física se obtiene de los alimentos, el descanso y la actividad física. Pero, ¿qué pasa cuando te sientes sin energía a pesar de estar bien alimentado y descansado? Muchas veces, la falta de energía no es física, sino un desequilibrio en tu energía psíquica, emocional y mental. ¡Aquí es donde entra en juego la ley de conservación de la energía!
Te decía que con frecuencia no me dan ganas de hacer ciertas cosas, incluyendo actividades de trabajo, ejercicio físico o quehaceres. Entonces pongo en práctica estas técnicas que te daré y resuelvo el problema.
La clave de todo es: usa energía para generar más energía.
Este concepto se puede aplicar a situaciones prácticas de la vida, especialmente cuando enfrentamos tareas que hemos postergado bastante. La idea es que, aunque pueda parecer contradictorio, a veces necesitamos un impulso inicial de energía para superar la inercia que nos tiene detenidos y comenzar una actividad, lo que a su vez puede generar más energía y motivación a medida que avanzamos. Detrás de esta afirmación hay principios científicos comprobados.
Esta ley establece que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma de una forma a otra.
En otras palabras, la cantidad total de energía en el universo permanece constante y para generar una nueva forma de energía, siempre se necesita transformar una cantidad equivalente de energía existente. Con la energía del viento un velero se puede mover incluso más rápido que el viento.
Este maravilloso milagro sirve de ejemplo: Tú y yo estamos vivos, en gran medida, porque nos alimentamos del sol. La mayoría de los vegetales que comemos vienen de plantas que realizan la fotosíntesis, es decir que convierten la energía del sol en su energía vital. Estas plantas sirven también de alimento a otras especies de las cuales nosotros también recibimos energía. Aquí vemos muy claramente como parte de la energía que usa tu cuerpo, viene del sol. ¿Te das cuenta?
¿Y qué significa esto para ti y para mí? Significa que el universo material y el no material están hechos de energía, la energía es infinita y tú y yo podemos aprender a generar la energía que nos hace falta. Es decir, tu energía psíquica, mental, emocional y espiritual (que llamaremos en conjunto Energía Sutil) puede ayudarte a generar energía física, y al revés: la energía física puede ayudarte a generar energía sutil.
Estas son las claves para generar más energía, usando un poco de la energía que ya tienes.
La técnica principal para generar energía la sacamos de la primera ley de Newton, que establece que un objeto en reposo tiende a permanecer en reposo, y un objeto en movimiento tiende a permanecer en movimiento. Es decir, si te mantienes en movimiento, podrás seguir moviéndote con más facilidad. Para mantenerte en movimiento empieza con algo básico: da unos pasos, para luego correr, o lee unas pocas páginas de un libro, para luego leer capítulos completos.
Nuestra vida entera está llena de cosas que no nos gusta hacer o que no queremos hacer, pero que resultan ser las más importantes para poder hacer lo que queremos. Te pongo un par de ejemplos: si no entrenas, no podrás conseguir la figura o estado físico que deseas. Sino haces ese trabajo que no te gusta, no tendrás dinero para salir con tus amigos y hacer lo que quieres el fin de semana. Así es la vida, y tenemos que aceptarlo. Esto no significa que no podamos hacer que las cosas cambien o mejoren, pero casi siempre tenemos que andar este camino: primero el esfuerzo, luego la recompensa.
Estudios neurocientíficos han demostrado que si tenemos una recompensa en la mira, nuestro cerebro producirá químicos o neurotransmisores que aumentarán nuestra motivación y nos harán sentir más energía. La dopamina es uno de los principales.
Esto se aplica también a nuestra motivación diaria. A veces, necesitamos una fuerza externa (como una fecha límite, un compromiso social o una recompensa) para ponernos en movimiento y superar la resistencia inicial.
Por eso es muy útil que tengas bien clara tu recompensa. Un ejemplo: pensemos que para pasar un examen tienes que leer un libro en tu día de descanso del trabajo, pero no quieres hacerlo. Bueno, pues piensa en algo que tengas muchas ganas de hacer y no hayas hecho aún y ponlo como recompensa. Por ejemplo, tienes muchas ganas de ir con tus amigos a acampar, pero trabajas los fines de semana. Este sería el trato que puedes hacer contigo mismo: leerás el libro y harás la tarea, y de premio (además de que sacarás una buena calificación) vas a faltar un domingo a tu trabajo para ir de campamento, aunque te descuenten el día, no importa, pero te vas a dar ese gusto.
Si te sientes estancado, cambia de escenario o actividad. Sal de tu rutina y prueba algo nuevo. A veces, un simple cambio de ambiente puede ser suficiente para renovar tu energía y motivación.
Esto sucede con mucha frecuencia: resulta que cuando te dan ganas de hacer algo, crees que no es el mejor momento para hacerlo. Lo que yo hago en estos casos es romper mi esquema, salir de la caja cuadrada de mi mente y pensar y actuar más allá. Te pongo un ejemplo: justo ahora siento ganas o energía de ponerme a escribir un tema para mi canal de YouTube… pero había pensado en tomar un baño e ir a comprar unas cosas que me hacen falta. Si te sientes inspirado para hacer algo, ¡hazlo! No te limites a tus horarios y planes preestablecidos. Aprovecha el impulso del momento y verás cómo la energía fluye.
Comúnmente lo más difícil es empezar, pero también es lo más poderoso. A veces tendrás que obligarte y simplemente empezar a hacer algo, como puedas, aunque no sea perfecto, aunque te cueste mucho trabajo. ¿Pero sabes? el efecto de esto te va a sorprender, porque te darás cuenta cómo de pronto empezarás a sentir más energía para continuar, porque ya superaste tu bloqueo mental, y empezaste a generar energía que puedes usar y re-usar si te mantienes bien motivado y aplicas todos los demás principios que estamos comentando.
Cuando las cosas no salen tan bien como uno espera o resultan complicadas, el bloqueo puede regresar. Pero conforme vayas superándolo podrás avanzar e inclusive podrás llegar al estado de FLUJO, o FLOW. En este estado, empiezas a dominar lo que antes era difícil y sientes que el tiempo pasa rápido y con mejores resultados. Si fluyes en lo que haces, generas mucha más energía para lo que viene.
¿A quién no le gusta Mario Bros? ¡Es un juego que tiene décadas! Recuerdo que para que Mario subiera al cielo en uno de sus juegos había unas vigas de metal que pasaban de un lado a otro. Lo que tú tenías que hacer era ir brincando entre las vigas para llegar hasta arriba. Lograrlo de un solo brinco desde abajo era prácticamente imposible: tenías que ir brincando de una, a otra, subiendo poco a poco, con cuidado de no caerte.
Bueno, pues de eso se trata ponerte metas pequeñas y alcanzables. Empiezas con un brinco en corto, eso te permite brincar a la siguiente viga que está más arriba, y así poco a poco vas avanzando. El problema es que a veces creemos que de forma mágica podremos llegar arriba de un solo brinco. No digo que sea imposible, pero es poco probable. En cambio, si subes poco a poco es casi un hecho que lograrás llegar a tu meta.
Ponte de acuerdo con un amigo, compañero o familiar para que te acompañe en tu recorrido, por lo menos hasta que llegues al estado de flujo que mencioné antes. Puede ser una persona que entrene contigo en el gimnasio, alguien que estudie en tu escuela y con quien hagas tareas, o simplemente alguien a quien le compartas tu plan de actividades. Ponle fecha límite a cada actividad y pídele a esta persona que en esa fecha te contacte y te pregunte cómo vas. Tu misión será reportarle o compartirle tus logros. Tu aliado debe ser alguien que se interese en tu bienestar y tu desarrollo, pero también debe ser una persona que sea clara y directa contigo, para que cuando no cumplas una meta, te ayude a pensar en lo que falló para que puedas mejorar.
Para concluir, hagamos un repaso de lo que vimos. Como seres humanos adquirimos energía de los alimentos y del descanso, pero también hay otras fuentes de energía que en ocasiones no conocemos o no sabemos manejar muy bien. Entre estas está la energía sutil. Cuando te alimentas bien, descansas bien y no tienes ninguna otra razón médica o nutricional para estar sin energía, entonces puedes usar tu energía sutil para energizarte físicamente. Esta energía proviene en parte de tus pensamientos, actitudes e intenciones.
Para generar más energía y realizar tus actividades diarias mantente en movimiento lo más que puedas, ponte metas, cúmplelas y prémiate cuando lo hagas. Trata de hacer las cosas de otra forma o en otro lugar. Rompe tus esquemas: cuando sientas más ganas de hacer algo, aprovéchalas, aunque no sea el mejor momento para hacerlo. Acuérdate que es muy importante superar el bloqueo inicial y tratar de llegar a un estado de flujo en que disfrutes de lo que haces. También considera siempre que es más fácil avanzar con metas cortas que pretender dar pasos o brincos gigantes. Finalmente, considera encontrar un compañero o compañera que te acompañe en tu recorrido y te ayude a mantenerte motivado.
Espero que todo lo que hemos hablado en este post te sirva y te ayude a lograr tus objetivos y superar obstáculos en tu vida.
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