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Toda mi vida busqué a Dios, quise entender el significado de la vida y porqué estoy aquí. He practicado 3 diferentes religiones cristianas, dos de ellas muy conocidas, y la tercera una mezcla de Cristianismo, esoterismo y creencias de La Nueva Era o New Age. Luego me volví agnóstico ateo, pero años después, me di cuenta de que es imposible que la vida como la conocemos sea una casualidad y que nosotros seamos solamente un puñado de elementos químicas, de materia, sin sentido y sin trascendencia. Fue entonces cuando aprendí que es posible desarrollar una vida espiritual exitosa, sin pertenecer a ninguna religión.
Aprendí mucho de las religiones que practiqué y en todas encontré gente buena, sincera e inteligente. También encontré personas abusivas y hasta perversas. En este video quiero compartirte porqué creo que las religiones si bien no son malas, sí son algo del pasado y muchas veces no ayudan al desarrollo espiritual. Acompáñame, estamos en Mentes Valientes.
Primero quiero aclarar que no me parece que sea malo tener una religión y creer en uno o más dioses. Tampoco me parece mal ser ateo o agnóstico. Respeto todas las religiones y creencias y considero que, si alguien las practica, es por algo y muy posiblemente es para su bien. Sin embargo, también considero que una persona con hambre de crecimiento espiritual siempre querrá ir más allá de lo que la mayoría de las religiones ofrecen. Si este es tu caso, en este video te daré los primeros pasos.
Cuando eres un buscador de respuestas a misterios profundos y estás interesado de forma sincera en desarrollar tu espiritualidad y te topas con todo lo que sucede en las religiones, la verdad te sientes desalentado y empiezas a tener dudas. ¿Qué sucede después? Bueno, pues posiblemente te quedes allí y te adaptes. También puede ser que decidas buscar otra religión seria, otra iglesia o congregación; otro párroco o, lo peor de todo, que caigas en manos de fanáticos y charlatanes que te van a ofrecer la única religión verdadera o el conocimiento oculto que resuelve todos los misterios. Otra posibilidad es lo que me pasó a mi: cansado de tanta incongruencia, decidí mejor pensar que la vida espiritual no tenía valor y no creer en nada.
Si sientes una inquietud espiritual o simplemente no estás convencido de lo que tu religión enseña o predica, te voy a dar algunas pistas para que puedas discernir y meditar en un posible cambio de rumbo que te hará sentir mejor.
Una religión ya no es buena para ti si solamente te sirve de pretexto para tener un estilo de vida y no te ayuda para ser la mejor persona que puedes ser. ¿Te gusta ir a la iglesia porque allí haces amigos y participas en actividades? Es bueno tener sentido de pertenencia a una comunidad. ¿Pero sólo vas a la iglesia por eso? ¿Qué tanto te sirve tu religión para tener buenas relaciones con los que piensan diferente? ¿amas con palabras y hechos a tus seres queridos? ¿controlas tus emociones para no lastimar o agredir a otros? Si tu religión no te ayuda para estas y muchas más cosas, quizá no la estás practicando bien o necesitas diferente que te ayude a crecer como persona.
Una religión ya no es buena para ti si tienes que conformarte con creencias o dogmas que no satisfacen tu inteligencia y razonamiento. La mayoría de las religiones se basan más o menos en ideas y creencias de hace miles de años. Esto tiene un lado positivo y otro negativo. El positivo es que las enseñanzas de los antiguos tienen muchísima sabiduría que podemos aplicar a nuestra vida diaria. El lado negativo es que en esas enseñanzas también hay confusión y absurdos que no checan con un pensamiento moderno. Te daré un ejemplo: si eres un verdadero creyente de ciertas doctrinas no puedes aceptar la teoría de la evolución de las especies, que está totalmente comprobada. ¿Entonces qué sucede?, pues la gente empieza a vivir en ese mundo de duplicidad y contradicción: ¿Cómo puedo creer en las verdades que enseña mi fe si sé que contradicen lo que la ciencia ha comprobado? ¿Cuando voy a la Universidad creo en la ciencia, pero cuando voy a la iglesia, no?
Una religión ya no es buena para ti si no puede explicarte por qué las cosas no suceden como dice tu religión que deberían suceder. Un ejemplo muy común en ciertas religiones es la idea de que si te portas bien te va bien en la vida, y si te portas mal, te va mal. Sin embargo, en la práctica vemos personas devotas que haciendo el mal, les va muy bien en la vida -o aparentemente muy bien. Así mismo hay personas que desde su propia perspectiva siempre han hecho el bien, pero sufren una desgracia que nadie se puede explicar. En estos casos una de las respuestas más fáciles que dan los líderes de estas religiones es que los caminos de Dios no son nuestros caminos, es decir, Dios sabe por qué hace las cosas, aunque para ti no tengan sentido. El problema es que en las religiones hay muchas contradicciones, pero eso no significa que Dios sea contradictorio. Yo te aseguro que con el conocimiento y la apertura de mente adecuados, uno puede encontrarle sentido a Dios, y a todas las cosas que aparentemente no tienen sentido.
Una religión ya no es buena para ti si solamente estás en ella por tradición o comodidad. Con frecuencia, vamos a una iglesia porque nuestros padres nos llevaron allí de pequeños y todos nuestros ancestros han practicado la misma religión. Suele suceder que simplemente seguimos allí por conveniencia, por el qué dirán, pero en el fondo, ni creemos totalmente lo que se nos predica ni lo practicamos. De vez en cuando vamos al templo o a la iglesia para cumplir con la costumbre, pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que más allá puede haber cosas mejores, simplemente nos da miedo explorar y preferimos conformarnos y perder nuestro tiempo.
Creo que una religión ya no es buena para ti si solamente estás en ella por temor. Puede ser que dentro de ti tengas una gran lucha. Por un lado, quieres librarte de la religión, pero por otro no puedes vivir sin ella. Algo te atemoriza: quizás el rechazo de tus seres queridos o algo más fuerte, como el temor al infierno. En este caso, sencillamente estás creando en ti una angustia innecesaria que tarde o temprano te traerá consecuencias.
Si alguna de estas situaciones se aplica a tu vida quizás es tiempo de reflexionar en que probablemente no necesitas una religión.
La religión es una combinación de doctrinas y creencias, rituales y tradiciones que aunque no son necesariamente malos, no son la mejor fórmula que existe para que el ser humano tenga una vida espiritual plena. Las religiones también ofrecen un sentido de comunidad y pertenencia, y eso es bueno, pero eso también crean división y rechazo hacia quienes no son parte de esa comunidad. Por último, las religiones son instituciones que a veces imponen normas y reglas y fomentan el sentido de culpa y la necesidad de sufrimiento, lo cual no ayuda a tener una buena salud mental. Son grupos poderosos con estructuras jerárquicas que se olvidan y alejan tanto de los mismos principios que predican, que parecen no tener nada que ver con la espiritualidad.
Por otro lado, la espiritualidad es más flexible y se refiere a la búsqueda personal de significado, propósito y conexión con algo más grande que uno mismo, lo cual puede o no incluir a un Dios particular. La espiritualidad a menudo se enfoca en el crecimiento personal, el bienestar interior y la armonía con el resto del mundo.
Es posible tener espiritualidad al practicar una religión, pero la religión no es indispensable para tener espiritualidad.
Pero tal vez te preguntarás, ¿puedo tener creencias religiosas sin ser miembro de una religión o puedo ser espiritual sin religiosidad? La respuesta a ambas preguntas es SÍ.
Este es el mensaje más importante que puedes llevarte de este video: la religión puede acercarte a Dios, pero Dios no necesita la religión para acercarse a ti.
El simple hecho de ser humano significa que estás creado para relacionarte sin intermediarios con Dios, con el Universo, o como quieras llamarle al Ser Supremo. Entonces, si tienes inquietudes al respecto te invito a realizar este ejercicio:
Primero, siéntate a reflexionar y busca dentro de ti una respuesta. Si sientes que es momento de tomarte un descanso de tu religión o buscar algo diferente, hazlo.
Segundo, no te precipites. No hay prisa de nada. Puedes empezar por aprender un poco más de tu religión. Cuando se cree en algo no se trata solamente de fe, sino también de filosofía, de encontrarle sentido profundo y aplicación práctica a lo que uno cree. La única manera de entender una creencia es aprendiendo sobre ella, estudiándola. Si estudias tu religión con honestidad y consultando buenas fuentes, muy posiblemente aprenderás a comprenderla mejor o bien, descubrirás que no es lo que pensabas.
Tercero, si ya decidiste que quieres explorar algo diferente, no vayas corriendo a buscar una religión distinta, porque te puedes llevar sorpresas. En lugar de ello, puedes leer un libro sobre el tema, o desarrollar alguna práctica como la meditación, el Yoga o el Tai-chi-chuan, o la oración sincera, sin repetición de palabras aprendidas. En la descripción del video te dejo algunas recomendaciones.
Te deseo mucho éxito en tu camino de transformación personal y de conexión interior con tu ser y con Dios.
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