Publicado el
Toda decisión implica riesgos y está basada en la información que se conoce, la información que no se conoce, las probabilidades, la evaluación de estos riesgos y las creencias personales. Esta es la segunda parte del tema 6 claves indispensables para tomar mejores decisiones, y veremos 3 claves: No te creas la buena ni la mala suerte, Reduce tus prejuicios y Calibra tus creencias. Si no has leído la primera parte de este artículo, te invito a que lo hagas aquí.
La cuarta clave para tomar mejores decisiones es: No te creas la buena ni la mala suerte.
Creemos que la suerte es algo que nos pasa por algo, ya sea como una especie de premio cuando es algo bueno o como un castigo, cuando es algo malo. Pero cuando se trata de los resultados de las decisiones no aplicamos siempre el mismo criterio. Es decir, cuando a nosotros nos sale algo mal, creemos que fue por mala suerte, pero cuando le sale mal a alguien más es porque esa persona cometió errores o no supo decidir.
De igual manera, cuando nos sale algo bien decimos que somos muy analíticos y acertados para decidir o que la información que teníamos para tomar la decisión era muy precisa. En cambio, cuando a otras personas les resulta algo bien, atribuimos gran parte del resultado a la buena suerte que esa persona tuvo. La moraleja de esto es muy simple: las circunstancias fuera de control existen para todas las personas, para bien o para mal, e influyen en los resultados de cualquier decisión.
Si nos va mal en la vida, no es por mala suerte ni porque alguien nos hizo mal de ojo, ni tampoco por buena suerte. La suerte no existe, pero sí existe el azar. Entonces, cuando tomes una decisión no lo hagas pensando que tú tendrás muy buena suerte, o no dejes de tomarla por miedo a la mala suerte. Mejor analiza las circunstancias y toma en cuenta todas las cosas que podrían salir mal y las que podrían salir bien, y haz todo lo posible para que las cosas más favorables tengan más probabilidad de ocurrir.
La quinta clave es: Reduce tus prejuicios. Un prejuicio es un sesgo, es decir, tener inclinación y preferencia por las cosas que nos agradan, o pensar que, porque algo funcionó bien o mal en el pasado, siempre va a suceder exactamente igual. Prejuzgar es actuar “en defensa propia”. Una persona que siempre se siente atacada, está atrapada por sus prejuicios. Prejuzgar es también actuar antes de analizar toda la información que tenemos frente a nosotros. Los prejuicios son muy personales, se arraigan profundo en nuestra mente y terminan viviendo en nuestro subconsciente. Los prejuicios que más afectan en la toma de decisiones son los prejuicios cognitivos.
Hablaremos a fondo de ellos en otros artículos, pero por ahora definamos dos de los más importantes para poder ubicarlos y empezar a trabajar para controlarlos: sesgo de confirmación, sesgo de disconformidad.
El sesgo de confirmación es nuestra tendencia natural a notar, interpretar y encontrar la información que confirma o fortalece lo que creemos actualmente. Si, por ejemplo, tú crees en la astrología, y miras las opciones de documentales que hay en Netflix por primera vez, seguramente encontrarás más fácilmente y a primera vista aquellos que hablen favorablemente del tema que te interesa.
El sesgo de disconformidad es hermano del sesgo de confirmación, y es nuestra tendencia a analizar más críticamente la información que contradice nuestras creencias y menos críticamente la que no las contradice. Ejemplo: discuten en casa la idea de hacerse vegetarianos, la cual tú has propuesto. Mientras analizan la decisión, un hermano tuyo menciona que vio en internet un artículo sobre los peligros de las carnes rojas, y de inmediato validas esta información. Pero cuando tu mamá comenta que leyó un artículo de una publicación médica sobre la importancia nutricional de la carne para el cerebro humano, tú cuestionas si la fuente de esa información es confiable, de dónde salió, y qué tan actualizada está la información.
Entre más información tengamos sea en contra o favor de lo que queremos o creemos, la decisión será mejor. La tarea es estar atentos a lo que pensamos y decimos antes de decidir, y cuando nos sorprendamos teniendo alguno de estos prejuicios, detenernos y analizar mejor las cosas. Por cierto, si has llegado a pensar que las listas de pros y contras son una buena herramienta para tomar decisiones, lamento decirte que, desde el punto de vista de los expertos, no es así. Las listas de pros y contras están plagadas de sesgos y prejuicios.
La sexta clave es: Calibra tus creencias. ¿Tú sabes por qué el cielo es de color azul? Creo que estarás de acuerdo conmigo en que el cielo es azul porque en él se refleja el agua del océano, ¿verdad? Bueno, pues resulta que esta creencia es errónea. La ciencia ha demostrado que el cielo es realmente de todos los colores del arcoíris, pero el aire alrededor de la tierra sólo permite que nuestros ojos vean el color azul. No me creas, confírmalo, y mientras tanto sólo recuerda que con frecuencia tomamos decisiones muy serias con base en creencias erróneas.
Seamos honestos, ¿cuando estamos tomando una decisión se trata de predecir cómo podrían suceder las cosas o cómo nos gustaría que sucedan? ¿Se trata de tomar la mejor decisión para obtener el mejor resultado posible, o simplemente se trata de justificar un capricho de tal forma que parezca que tomamos una decisión muy inteligente? ¿Se trata de tener buenos resultados o de confirmar que tenemos razón?
Si quieres saber más sobre este y otros temas interesantes, suscríbete a mi canal para explorar todos mis videos, en los cuales encontrarás más recursos que te ayudarán a vivir tu vida de forma más feliz.
Si deseas compartir este contenido, puedes hacerlo con los links de abajo.